Se hablará sobre piezas y caracteres que se han convertido en clásicos de referencia a partir del ingenio y arduo trabajo de maquilladores profesionales en distintas épocas.
Tomando en cuenta los precarios inicios de estos maestros caracterizadores, el espectador ha sido testigo de la evolución que este arte ha tenido a los largo del siglo XX, y con más velocidad en lo que va del XXI. Son diversas las áreas que tratan este oficio del maquillador de caracterización. Sin embargo destacaremos por esta vía, lo relacionado a la creación de célebres monstruos llevados a la pantalla, y también algunos personajes mágicos, igualmente representativos de este gran oficio.
Por mencionar solo algunas, están
Frankenstein, Drácula, el Hombre Lobo,
La Momia, El Laberinto, El Hombre Elefante, etc… Y otras como por ejemplo El
Mago de Oz y Alicia en el País de las Maravillas.
Cuando hablamos de los maestros
maquilladores, destacan entre otros Jack Pierce (creador de Frankenstein), BramStocker
(creador de Drácula) y Jack Dawn quien creó caracterizaciones para las
películas del género, La Momia y El Hombre Lobo.
En cuanto a los materiales, es
importante destacar la evolución de estos para la implementación del maquillaje
de caracterización. Además de la creatividad del autor, estos constituyen la
pieza fundamental para cualquier realización.
Los materiales han ido
evolucionando a medida que se fue experimentando. Los primeros maquilladores
utilizaron piezas y elementos limitados que muchas veces resultaron nocivos
para el actor, poniendo en riesgo su salud. Por ello, se contempló elementos de
otras áreas como prótesis dentales que se aplicaban en el área odontológica,
solo por nombrar un ejemplo.
Hace años los actores de teatro y
los primeros maquilladores del cine utilizaban algunas veces telas de seda,
gamuzas e hilos, para deformar ciertas áreas de la cara y lograr así cambios de
estructura. Algunos de estos métodos era el
de tirar hacia abajo o levantar la punta de la nariz mediante un hilo fino y
fuerte que se pasaba alrededor de la cabeza para anudarlo por detrás, cubriendo
la punta de la nariz con un trozo de gamuza, al que se fijaba el hilo. Al tirar
del hilo hacía bajar o subir la punta de la nariz, según el lugar donde se
colocase la gamuza y el hilo.
Otra forma de deformar la cara es mediante el empleo del material de cicatrices para adherir unos cuantos pelos de las pestañas a la cara. El material de cicatrices, al secarse, se contrae y tira de los pelos del párpado hacia fuera, distorsionando el ojo.
Los principales materiales usados
en esta área son: el látex, los pelos, los moldes faciales, esprit gum,
colodium, algodón y cera moldeable.
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